Verso: Salmo 119: 9-10, 105-112
Los caminos de la vida no son llanos ni limpios, de allí que nos demanden esfuerzo y cuidado. Sin embargo, aun cuando estemos listos a poner todo nuestro empeño, muchas veces hay cosas que no podemos superar con nuestros humanos recursos.
Uno de los problemas para el hombre y en especial par la juventud, es cómo lograr una vida limpia de pecados. Por eso el salmista pregunta: "¿Con qué limpiará el joven su camino?" (v.9). Si para los tiempos del salmista esto yá era una preocupación ¿Qué diremos ahora?.
Actualmente no sólo los jóvenes sino tambien los niños viven una presión muy fuerte para abrazar formas de vida pecaminosas y conforme a la nueva moral posmoderna que, además, comienzan a ser aceptadas como correctas por todo el mundo.
El salmista responde que la manera en que los jóvenes pueden limpiar sus caminos es GUARDANDO LA PALABRA DE DIOS, obedeciendo sus mandamientos. Es que los mandamientos de Dios nos establecen barreras que nos evitan correr libremente tras nuestros impulsos pecaminosos.
La palabra no sólo nos advertirá de peligros sino que tambien proveerá ánimo y poder para vencer, pues no se trata de palabra humana sino de la PALABRA DE DIOS.
¡LA PALABRA DE DIOS DEBE SER LÁMPARA EN NUESTRA VIDA DIARIA¡